El jueves pasado, al abrir nuestro periódico favorito (cuyo
nombre no vamos a dar, porque no nos parece relevante), nos topamos con una de
esas noticias que sabes que algún día llegarán, pero a las que siempre miras con
una mezcla de tristeza y añoranza: la muerte de una de las caras más populares
de aquel despertar del cine español en los años 60 y 70, Alfredo Landa.
nombre no vamos a dar, porque no nos parece relevante), nos topamos con una de
esas noticias que sabes que algún día llegarán, pero a las que siempre miras con
una mezcla de tristeza y añoranza: la muerte de una de las caras más populares
de aquel despertar del cine español en los años 60 y 70, Alfredo Landa.
Ese señor bajito, moreno, con cara simpática, que tan bien
cumplía en aquellos papeles de españolito típico de los años 60 y 70, a los que
la llegada de las primeras turistas europeas (no todas eran suecas), enloquecía
completamente al llegar el verano y les hacían soñar con una vida totalmente
diferente, a la que tenían que enfrentase a diario. Y que a pesar de reciclarse
y llevar su carrera por un camino mucho más serio y respetable, nunca renegó
(como hacen muchos otros) de esa etapa a la que ese amable desconocido, bautizó
con su apellido, el Landismo.
cumplía en aquellos papeles de españolito típico de los años 60 y 70, a los que
la llegada de las primeras turistas europeas (no todas eran suecas), enloquecía
completamente al llegar el verano y les hacían soñar con una vida totalmente
diferente, a la que tenían que enfrentase a diario. Y que a pesar de reciclarse
y llevar su carrera por un camino mucho más serio y respetable, nunca renegó
(como hacen muchos otros) de esa etapa a la que ese amable desconocido, bautizó
con su apellido, el Landismo.
Muchas son las cosas que podríamos decir sobre su biografía
o sobre los premios que consiguió a lo largo de su carrera (bastante pocos,
para nuestro gusto), pero no queremos caer en la cansina repetición a la que
nos han sometido los medios de comunicación durante estos días, es por ello,
que vamos a resumirlo en una única frase: Muchas
gracias Alfredo.
o sobre los premios que consiguió a lo largo de su carrera (bastante pocos,
para nuestro gusto), pero no queremos caer en la cansina repetición a la que
nos han sometido los medios de comunicación durante estos días, es por ello,
que vamos a resumirlo en una única frase: Muchas
gracias Alfredo.
¿Con qué películas
nos quedamos de su extensa filmografía?
El camino fácil, sería hacer un repaso por las más conocidas
y dejar en un cajón a todas las demás, pero a nosotros no nos gusta lo sencillo
y mucho menos repetir lo que ha hecho el resto del mundo. Por eso, he hecho un
pequeño ejercicio de memoria y os voy a poner algunas de las películas que he
visto una, dos o infinitas veces, gracias a Cine
de Barrio.
y dejar en un cajón a todas las demás, pero a nosotros no nos gusta lo sencillo
y mucho menos repetir lo que ha hecho el resto del mundo. Por eso, he hecho un
pequeño ejercicio de memoria y os voy a poner algunas de las películas que he
visto una, dos o infinitas veces, gracias a Cine
de Barrio.