Todos los que hayan pasado la barrera de los treinta, recordarán con cariño aquella maravillosa serie de “Érase una vez el cuerpo humano”. Una serie, que nos enseñó cómo funcionaba nuestro cuerpo por dentro, la cual estamos seguros que los creadores de Cells at work han utilizado como base.
Cells at work, el gran anime sobre el cuerpo humano
Si la clásica “Érase una vez…” te ayudó a comprender mucho mejor cómo funcionaba el cuerpo humano por dentro, con Hataraku Saibō tanto tú como tus hijos tendréis la oportunidad de conocer todas y cada una de las células que habitan en tu organismo.
Un descubrimiento que haremos acompañando a una simpática glóbulo rojo (con nulo sentido de la orientación) durante su viaje por todo el organismo para entregar el oxígeno y los preciados nutrientes que se necesitan para que todo funcione correctamente. Son durante estos periplos por el cuerpo humano, en los que se cruza con problemas tan diferentes como: la alergia al cedro, un arañazo, una quemadura…etc.
Problemas, en los que además de estar implicadas las diferentes células que atacan a los virus/bacterias/u otro tipo de agentes, siempre nos encontramos con un enigmático y eficiente glóbulo blanco por el que la protagonista parece sentir algo más que el agradecimiento por salvarla.
A parte de lo ameno que suele hacerse cada capítulo, Cells at work destaca por la gran cantidad de información que ofrece sobre cada tipo de célula, el trabajo que cada una tiene que realizar, como atacan los diferentes agentes al organismo y sobre todo, por las plaquetas. ¿Qué pasa con las plaquetas? Que son la cosa más mona de todo el universo. De hecho, cada vez que las ven aparecer en algún punto del capítulo, las demás células no pueden evitar exclamar lo monas, adorables y achuchables que les parecen.